Ingredientes

3 berenjenas
Aceite para freír
El jugo (zumo) de un limón no muy chico
2 dientes de ajo medianos cortados en fetas finitas
Aceite crudo

Preparación

Cortar el cabo a las berenjenas, lavarlas y sin pelarlas cortarlas en rodajas de un centímetro.

Ponerlas por capas en un colador cubriendo cada capa con sal gruesa. Dejarlas para que suelten el amargo por lo menos cinco o seis horas pero lo mejor es ponerlas con sal a la noche y cocinarlas el día siguiente.

El segundo paso es lavarlas con agua frías para quitarles la sal y secarlas con un repasador (trapo de cocina).

Se procede entonces a freír en aceite caliente. No deben tostarse, por lo tanto hay que pincharlas con un tenedor y cuando se sientan tiernas se dan vuelta y se vuelven a tantear con el tenedor para que no se pasen de cocción porque, insisto, deben quedar bien cocidas pero no tostadas.

Se sacan de la sartén con una espumadera y se colocan sobre un papel absorbente.

Luego se pasan a una fuente (o tupper si se quieren guardar en el freezer) poniéndolas por capas y rociando cada capa con el jugo (zumo) de limón y una pizca de sal fina pero muy poca porque algo le queda de la marinada anterior.

Cada dos capas de berenjenas colocar dos fetitas de ajo una en un lado y otra en otro.

Cada  tres o cuatro capas rociar con un hilito de aceite crudo que puede ser de oliva pero yo prefiero el común sobre todo si son para guardar en el freezer (congelador).

Autor: Catalina Pizzorno